domingo, 26 de abril de 2015

Mamá, en serio detente!

Hace días no entraba, la universidad me consume mucho tiempo y en serio estoy tratando de enfocarme en ello, a pesar de que no me va tan bien como quisiera. Además de eso estoy pasando por un periodo de depre ligera, en parte por recuerdos varios que tuvieron el descaro de pasarse por mi cabeza y por otra parte el círculo de fracaso alimenticio.


Quizá fue una mala idea el comenzar los ayunos de golpe sabiendo cómo funciona todo en mi casa, o quizá la mala idea fue sucumbir ante la necesidad de decir lo que hacía/sentía, acostumbrada a que quien fuera que me escuchara pudiera deliberadamente ignorarme (y lo hiciera)y contarle a un amigo que estaba feliz de haber hecho 4 días seguidos de ayuno, ya que desde ese día me observa. Me choca un poco su actitud, no porque sea mala (de hecho demuestra que le importo, se preocupa), sino por la poca costumbre.



La verdad me distraje mucho de lo que quería decir con el título del post, pero a lo que se refiere es que estos últimos días que no he pasado (por estrés universitario y motivos varios) he comido bastante y me he odiado inmediatamente por ello, en presencia o ausencia de mi madre, de hecho ella ha visto y lavado varias veces las ollas que he usado para preparar comida a las tantas de la noche y aún así cada vez que me ve me ofrece comida, dice que puede prepararme algo o comprarme algo que yo quiera, que no como nunca y otras cosas con el mismo sentido. Me agobia que repita que no como cada vez que me ve si estoy comiendo como un cerdo, quizá no me molestaría si de verdad tuviera la fuerza de voluntad para ya no comer más, pero no la tengo, aunque me vea como una vaca frente al espejo no soy capaz de dejar de hacerlo. A pesar de que desde hace poco más de 4 años he bajado 10 o 12 kg., frente al espejo sigo viendo el mismo cuerpo, lleno de grasa y las mismas piernas gordas, ya no lo quiero más!.

No hay comentarios:

Publicar un comentario